La Planificación Centrada en la Persona (PCP) y el Modelo de Calidad de Vida: haciendo frente a la Institucionalización

LA PLANIFICACIÓN CENTRADA EN LA PERSONA (PCP) Y EL MODELO DE CALIDAD DE VIDA: HACIENDO FRENTE A LA INSTITUCIONALIZACIÓN

La existencia de centros de atención residencial en sus diferentes tipologías resulta imprescindible al objeto de dar cobertura a todas las personas con discapacidad que no disponen de los medios materiales, humanos y familiares que puedan garantizar la atención que precisan y la cobertura de sus necesidades básicas.

No obstante, la institucionalización prolongada, característica de los modelos más asistencialistas, tienen un impacto negativo en las personas ingresadas que tiene su máxima expresión en la pérdida de control sobre sus propias vidas. En definitiva, se acaba “imponiendo” lo que es mejor para cada persona, en detrimento de la iniciativa propia.

Como contrapartida a estos modelos, se erigen aquellos modelos que ofrecen estrategias, basadas en valores y en el empoderamiento de las personas, para ayudarlas a construir su propio proyecto de vida plena, de felicidad. El punto de partida de estos enfoques es el reconocimiento de la dignidad de cada persona, independientemente de las condiciones que acompañen su vida.

La vida plena se construye a lo largo de la trayectoria vital de cada persona, en la que se van encadenando experiencias que hacen de nuestra existencia una vida enriquecida, deseada, que construimos con otros en una red de relaciones significativas, en la que todos damos y recibimos, en esa búsqueda de lo que consideramos vida realizada.

Para ello, se necesitan organizaciones responsables y comprometidas, que aseguren las relaciones y apoyos necesarios para que todas las personas puedan desarrollar su propio proyecto de felicidad, independientemente de las condiciones que acompañen sus vidas, de si tienen o no discapacidades, de si son mujeres u hombres, de si proceden de un país u otro o de la edad que tengan.

Algunos ejemplos de modelos que se basan en esta filosofía de trabajo con las personas son: el Modelo Centrado en la Persona y el Modelo de Calidad de Vida de Schalock y Verdugo.

El Modelo Centrado en la Persona, es un proceso de colaboración para ayudar a las personas a acceder a los apoyos y servicios que necesitan para alcanzar una mayor calidad de vida basada en sus propias preferencias y valores. Es un conjunto de estrategias para la planificación de la vida que se centra en las elecciones y la visión de la persona y de su círculo de apoyo.

Por tanto, en el Modelo Centrado en la Persona hay cinco puntos claves para conseguir tal propósito:

  • La persona es el centro del proceso (se basa en sus derechos, elecciones y en su independencia).
  • Los miembros de la familia y amigos como contexto del que la persona forma parte y de los que nutrirse a la hora de resolver conflictos y de mejorar su calidad de vida.
  • El foco se centra en las capacidades de la persona y en los apoyos que precisa.
  • Se trata de un conjunto de acciones que reconocen los derechos de la persona.
  • Es un proceso en continuo cambio dónde se escucha a la persona, dónde hay un aprendizaje y una acción.

En cuánto al modelo de Calidad de Vida, Schalock y Verdugo, (2007, en prensa) definían la calidad de vida como “[…] un estado deseado de bienestar personal compuesto por varias dimensiones centrales que están influenciadas por factores personales y ambientales. Estas dimensiones centrales son iguales para todas las personas, pero pueden variar individualmente en la importancia y valor que se les atribuye. La evaluación de las dimensiones está basada en indicadores que son sensibles a la cultura y al contexto en que se aplica.”

Este modelo plantea una serie de dimensiones centrales que son susceptibles de mejorar la calidad de vida de una persona, independientemente de si presenta o no condición de discapacidad o si precisa o no apoyo para lograr dicha mejora.

Estas dimensiones son: bienestar emocional, relaciones interpersonales, relaciones sociales, bienestar material, desarrollo personal, bienestar físico, autodeterminación, inclusión social y derechos.

Desde la Fundación Internacional APRONI, en el marco de nuestro programa “Fomento para una Vida Independiente” y en el seno de nuestros centros de atención para personas con discapacidad y / o en situación de dependencia, abogamos por esta filosofía para posibilitar el desarrollo pleno y personal, el empoderamiento y el máximo nivel de autonomía de todas las personas que forman parte de nuestra entidad.

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