LA IMPORTANCIA DE CRECER EN FAMILIA

LA IMPORTANCIA DE CRECER EN FAMILIA

El acogimiento familiar es una forma de cuidado alternativo que prevé el Sistema de Protección a la Infancia, basado en la solidaridad de la ciudadanía, que permite a niños, niñas y adolescentes que se encuentran separados de sus progenitores crecer en un ambiente familiar estable durante un tiempo determinado. Se trata de una alternativa de convivencia en familia para niños, niñas y adolescentes, que se encuentran en una situación de desamparo con el fin de proporcionarles un entorno familiar estable cuando las circunstancias les impiden desarrollar su vida con su familia de origen.

Como criterio general, la naturaleza del acogimiento es siempre temporal, su duración abarca hasta que se mejoran las situaciones que determinaron la separación con su familia de origen y/o se propone una solución duradera para el niño. Por tanto, la finalidad del acogimiento es dar cumplimiento al derecho de todos los niños y niñas a vivir y crecer en una familia, teniendo como horizonte el retorno con su familia de origen cuando sea posible.

Nuestra legislación vigente reconoce diferentes modalidades de esta medida de protección a la infancia atendiendo a su finalidad y en función del contexto familiar donde se produce la acogida del niño y de la niña tras la separación de su familia directa. Distinguimos entre el Acogimiento en Familia Ajena, donde no existe vínculo de parentesco ni de relación previo a su constitución y el Acogimiento en Familia Extensa, donde la persona menor se integra en la red familiar o social de origen.

Hasta hace poco tiempo la mayor parte de las personas menores que no podían vivir con sus padres y/o madres ingresaban en centros residenciales, los cuales, a través de la convivencia y la figura del educador/a como referente más cercano intentaba potenciar el desarrollo integral del niño/a en un entorno residencial similar a un hogar. No obstante, y aunque estos hogares proporcionan todo tipo de cuidados con los medios técnicos y humanos necesarios, no cabe duda de que no hay nada que supere las posibilidades emocionales, la experiencia y la cercanía que ofrece una familia.

Son numerosos los estudios realizados sobre la figura del Acogimiento Familiar, estudios que han puesto de manifiesto el beneficio de esta medida de protección a nivel psicosocial frente al Acogimiento residencial y la institucionalización de los menores, los cuales concluyen que el Acogimiento Familiar se erige como recurso idóneo dado que ayuda a muchos niños, niñas y adolescentes, a desarrollarse en un entorno familiar adecuado al tiempo que mantienen y fortalecen los lazos con su familia de origen. Por tanto, aporta a la persona menor las condiciones para que pueda crecer en un entorno normalizado sin desvincularlo de su historia personal y, respetando en definitiva, sus principales señas de identidad.

Podemos concluir, entonces, que la preferencia por el acogimiento familiar frente al residencial cuenta con un enorme consenso legal, científico y profesional, que en los últimos años está teniendo un claro reflejo en nuestra legislación.

A pesar de ese carácter de temporalidad, los beneficios del acogimiento familiar de menores son muchos, no solo para los niños, también para las familias de acogida.  

¿Cómo beneficia el acogimiento familiar a los niños y las niñas?

 Son, sin duda, los grandes beneficiados, porque, al fin y al cabo, el acogimiento familiar de menores es un sistema creado para su protección en circunstancias de vulnerabilidad. Los más pequeños necesitan un fuerte apoyo emocional para desarrollar su personalidad. Necesitan también cariño y un ambiente en el que se sientan queridos y arropados. La familia es el entorno idóneo para ello.

Además, gracias al acogimiento familiar de menores, los niños y las niñas son capaces de adquirir unos valores más profundos de respeto, de tolerancia y de convivencia. Y también desarrollan habilidades comunicativas, esenciales en las relaciones sociales y la integración social. Por supuesto, no quedan cubiertas solo sus necesidades afectivas, también todas aquellas relacionadas con su educación, su salud e incluso con el ocio y tiempo libre.

 

Así, el acogimiento familiar de menores se convierte en esencial para el crecimiento de los niños y las niñas como personas únicas. En la mayoría de los casos, por otra parte, es la forma de reparar daños profundos consecuencia de situaciones traumáticas que han experimentado en su corta vida. Son daños que no se aprecian a simple vista, pero que pueden dejar una huella profunda si no se tratan a tiempo. El cariño y la atención son a veces la mejor medicina.

La familia de acogida también se beneficia 

Los beneficios del acogimiento familiar de menores se extienden también a las familias de acogida. En estos programas todos los que participan, todos, crecen gracias a una experiencia que es enriquecedora en muchos sentidos. Para quienes acogen, es la oportunidad de transmitir todos esos valores que consideran importantes y de ofrecer de forma incondicional atención a quienes más lo necesitan.

Aquellos que entran a formar parte de programa de acogimiento familiar de menores saben que a cambio de su esfuerzo van a obtener la satisfacción de saber que están ayudando a quienes más lo necesitan y que serán esos niños los que les ofrezcan el mayor regalo: su aceptación y su cariño.

Por supuesto, para entrar en un programa de acogimiento familiar de menores es imprescindible pasar un riguroso proceso de selección. El objetivo es garantizar que los niños y las niñas van a encontrar un entorno adecuado en el que desarrollarse mientras dure la acogida.

La Dirección General de Infancia, Adolescencia y Juventud de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía, se encarga, a través de ellos Servicios de Apoyo al Acogimiento Familiar de cada provincia, del proceso de valoración de idoneidad. En este proceso, se valoran aspectos socioeconómicos, grado de compromiso y estabilidad, flexibilidad para dedicar tiempo al niño y capacidad para relacionarse con la familia del menor y aceptar la separación de él cuando llegue el momento.  

 

Por otra parte, las administraciones realizan un seguimiento estricto y ofrecen todo el apoyo necesario (también económico) para que ese acogimiento familiar de menores cumpla su único objetivo: la protección y el desarrollo integral de los niños.

 

SI QUIERES MAYOR INFORMACIÓN SOBR ESTE RECURSO NO DUDES EN CONTACTAR CON NUESTRO SERVICIO DE APOYO AL ACOGIMIENTO FAMILIAR: 900 87 82 81

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